NO ARRIESGUE SU FUTURO MIGRATORIO: Poseer marijuana para el uso personal puede ocasionar consecuencias devastadoras para su caso migratorio.
Aunque muchos estados de EE. UU. han legalizados el uso personal de marijuana bajo sus respectivas leyes estatales, para propósito de inmigración, la ley federal controla y en trámites migratorios el poseer marijuana sigue siendo una ofensa federal. Residentes permanentes quienes aspiran a la ciudadanía estadounidense no solo podrían ser denegados la naturalización, pero también podrían poner a riesgo la residencia si son convictos de posesión de más de 30 gramos de marijuana.
Un inmigrante quien aspira a legalizar su estatus a residente permanente podría ser considerado inadmisible por simplemente admitir que poseyó marijuana. La declaración verbal de haber violado la ley federal de substancias controladas no es suficiente sin que la persona admita cada elemento del estatuto de la ofensa federal que trata sobre marijuana. También, si el uso de marijuana solamente fue una vez y por 30 gramos o menos, existe un perdón discrecional.
Cuando una persona aplica a la residencia permanente y admite que uso marijuana en un pasado (usualmente dentro del año previo), podría ser considerado inadmisible en base a que tiene una adicción o abusa de drogas. Esto podría ocurrir en un proceso de ajuste de estatus, un proceso consular o durante el examen médico. No es necesario que exista una convicción.
Dado a la legalización de marijuana en varios estados, inmigrantes podrían erróneamente pensar que por ser legal en el estado donde viven que no tendrán ningún problema en el momento de su proceso para la residencia o naturalización. Es importante enfatizar que, en casos de inmigración, la ley federal sobre sustancias controladas es la ley que aplica este tema no obstante a la legalización de marijuana en el estado donde vive la persona.
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