Los jóvenes sonadores beneficiados bajo el programa de DACA y personas protegidas bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS) NO son piezas en un juego de ajedrez. Este fue el mensaje que los demócratas le dieron a Trump después de su propuesta para negociar la reapertura del gobierno federal.

Con la soga al cuello y con la mayoría del país culpándolo sobre el cierre gubernamental más largo en la historia de EE. UU., Trump quiso usar a los jóvenes sonadores y los beneficiados bajo el TPS como piezas en un juego de ajedrez ofreciéndoles de 3 años de extensión en los respectivos programas sin una vía a la legalización a cambio de 5.7 billones para construir su apreciado muro. 

Recordemos que cuando Trump tomo el mando del país prometió tener gran corazón con los jóvenes sonadores y que buscaría una solución migratoria para ellos. Todos sabemos que esa promesa fue una promesa vacía. En vez de ayudarles, la Administración Trump termino anunciando la rescisión del DACA y poco tiempo después, la terminación del TPS. Trump no tuvo corazón ni compasión y dejo a los beneficiados en un estado de incertidumbre y agonía sobre su futuro.

Bajo la propuesta de ley conocida como el BRIDGE Act, los jóvenes sonadores solamente disfrutarían de una extensión del permiso de trabajo por 3 años. Con diferencia al DREAM Act, que ofrece una vía a la legalización permanente y eventualmente a la ciudadanía, el BRIDGE Act dejaría a los jóvenes sonadores desamparados una vez que caduque la ley.

Lo irónico de la propuesta de Trump es que ahora por conveniencia política y con el fin de seguir promoviendo su agenda antinmigrante, Trump propone otorgar un beneficio migratorio que el mismo derogo.